
También denunció un plan para asesinarlo y hacerlo parecer un suicidio. Dijo que las acusaciones judiciales en su contra son "calumnias" y que si no fuera así "no hubiera vuelto a Honduras".
El depuesto Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, afirmó que la oferta de diálogo que hizo el gobernante de facto, Roberto Micheletti, es una "manipulación" y denunció un plan para asesinarlo y hacer parecer que fue un suicidio "Todo esto es una manipulación", indicó Zelaya.
Micheletti manifestó su disposición a dialogar con el mandatario depuesto si éste reconoce las elecciones del próximo 29 de noviembre, y sin que esto signifique su vuelta al poder.
Zelaya añadió que en Micheletti "no hay voluntad de resolver la crisis que tiene el país" y afirmó que Honduras vive una convulsión "a causa del golpe de Estado" del que fue víctima el 28 de junio pasado.
"Deben dejar de manipular a la opinión pública, yo he venido aquí para que el diálogo sea directo, para que no tenga comparsas, ni ningún tipo de disturbios", subrayó el Presidente depuesto, que regresó a Honduras y se encuentra como huésped en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
"Así no hay trato, si hay elecciones tiene que haber condiciones de igualdad para todos, no persecución contra unos y favor para otros", expresó Zelaya poco después de que Micheletti anunciara su oferta de diálogo a través de su Canciller, Carlos López.
Además, Zelaya denunció un plan para capturarlo, asesinarlo y fingir un suicidio dentro de la Embajada de Brasil.
Más tarde, Zelaya habló durante más de 40 minutos ante periodistas locales e internacionales. Con voz clara y enérgica, dijo que todas las acusaciones judiciales en su contra son "calumnias" y que si no fuera así "no hubiera vuelto a Honduras".
"Me levantaron 27 acusaciones y puedo responder por todas, una a una. Una vez restituido en el poder, no tengo problemas en presentarme ante los tribunales todas las veces que fuera necesario", enfatizó.
A la manera de un experimentado cronista, Zelaya describió sobre el momento que se vivía en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, que "esta noche tiraron gases y piedras contra los techos, y ayer prácticamente no dejaron entrar alimentos".
Felicitó por eso a todos los periodistas que "durmieron en el piso" por constituir "una gran ayuda para nuestra lucha", y lamentó "los muertos, los heridos y los detenidos de ayer" que fueron víctimas de la represión ejercida por el gobierno de facto.
Dijo que tiene expectativas sobre los pronunciamientos a favor de la democracia hondureña que habrá en la Asamblea de las Naciones Unidas, así como también de las decisiones al respecto que podría adoptar el Consejo de Seguridad del organismo multilateral.
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