La cantante y ex pareja de Luis Miguel es una de las más pretensiosas a la hora de pedir algo.
Según publica el sitio “Minutouno.com” Mariah disfruta de ostentar dinero y fortuna a diferencia de la nueva tendencia instalada entre las celebridades de Hollywood que tiene que ver con mantener un perfil bajo. “Me parece que soy una diva en muchos sentidos. Puedo ser un poco difícil y rígida con las cosas que quiero”, señaló Carey.
El “Daily Mail” hizo difundió una lista de exigencias que la diva tiene a la hora de presentarse en público.
- En su último viaje a Londres, la cantante contrató a un grupo de 11 guardaespaldas para que no permitieran que la gente la viera comer.
- Con motivo de la promoción de su último disco, la autoproclamada diva exigió una mesa antigua de 50 mil libras y un trono cuyo valor ronda las mil libras. Eso sí, para la ambientación pidió muchas rosas y mariposas.
- Cada vez que viaja lo hace con de 100 pares de zapatos.
- Para mantener el estado de sus cuerdas vocales, Mariah pide máquinas que humedezcan la habitación con una lluvia liviana. Para que la diva no se enferme, las sábanas tienen que ser de tela de toalla y la cama debe tener un techo.
- Una de las anécdotas más conocidas de Carey da cuenta de la vez que llegó una hora y media tarde a una entrevista radial porque se le había roto una uña.
- Otro de los hábitos inusuales de la ex de Luis Miguel tiene como objetivo preservar su voz. Dos días antes de cualquier presentación en vivo, Mariah deja de hablar y se comunica con un lápiz y un papel. Pero claro, como ya le cansa tener que escribir tanto, la cantante hizo público que quiere conseguir una máquina como la de Stephen Hawkings para no perder el tiempo.
- Durante la grabación de su último video, la cantante pidió que la cargaran por todo el set porque sus zapatos de taco alto le hacían doler los pies. “Estaba agonizando”, dramatiza la cantante.
- Otra de las anécdotas más conocidas fue en Londres. En el 2005, Mariah llegó a la ciudad a las dos de la mañana y, mientras que su equipo se encargaba de arreglar los últimos detalles sobre el hospedaje, ella daba vueltas en la limosina para darles tiempo a que pongan una alfombra roja y velas en la puerta del hotel.
