La emergencia se presentó justo el día del aniversario de las explosiones en el maratón de Boston que en 2013 cobró la vida de tres personas y dejó heridas a 270.
Un robot fue el encargado de inspeccionar el contenido de las mochilas sospechosas y las detonó como medida de precaución ante el temor de que se repitiera la historia del 15 de abril de 2013.
Los negocios de la calle Boylston y la estación de Copley fueron cerrados como medidas de precaución para proteger la seguridad de los ciudadanos.
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