
El capitán Chesley "Sully" Sullenberger señaló en una entrevista para el programa "60 Minutes" de la cadena de televisión CBS que el sonido de los gansos golpeando el avión y el olor de aves quemadas entrando a la cabina fue "nauseabundo".
"¡Oh, se podían escuchar", comentó. "Golpes estrepitosos. Se sentía como si el avión estuviera siendo golpeado por lluvia fuerte o granizo. Sonaba como la peor tormenta que yo haya escuchado mientras crecía en Texas", agregó.
La entrevista con Sullenberger y los otro cuatro miembros de la tripulación fue transmitida el domingo, siendo la primera de éstos desde que el Vuelo 1549 de US Airways acuatizó en el agua helada el 15 de enero.
Sullenberger tomó el control del aparato, que tenía su primer oficial, y lo deslizó planeando hacia su seguridad; pero señaló que después del acuatizaje de emergencia, el no pudo dormir esa noche, conjeturando sobre su actuación, a pesar de que todas las 155 personas a bordo sobrevivieron.
Sullenberger dijo que inicialmente tuvo problemas para excusarse a sí mismo porque pensó que pudo haber hecho algo diferente en esa "situación crítica".
"Las primera noches fueron las peores", narró Sullenberger. "Cuando comenzaron los 'y si hubiera'..".
Ahora señala el capitán que no se arrepiente de sus acciones ese día, calificando su decisión de acuatizar en el río como "la única alternativa viable", en comparación a regresar al Aeropuerto LaGuardia Airport o aterrizar en el Aeropuerto Teterboro en Nueva Jersey.
"El único lugar nivelado y llano suficientemente largo para posar un avión era el río", apuntó, recordando que el aparato no tenía propulsión y estaba "descendiendo rápidamente".
Sullenberger, ex piloto de combate de la Fuerza Aérea que ha volado aviones comerciales durante casi tres décadas, dijo que sabía que debía el agua con las alas niveladas y la nariz ligeramente arriba, y "a una velocidad de descenso a la que se pudiera sobrevivir".
"¿En algún momento rezó?", preguntó la entrevistadora de CBS Katie Couric.
"Yo pensaría que alguien en la parte de atrás se estaba encargando de eso por mí mientras yo volaba el avión", respondió..
Los asistentes de vuelo dijeron que no sabían que se dirigían al agua, hasta que ocurrió.
"Cuando salí de mi asiento y vi agua, fue el mayor impacto que he tenido en mi vida", dijo la asistente de vuelo Doreen Welsh, agregando que sus emociones "habían pasado en segundos de aceptar la muerte a ver la vida".
Comentó que entonces se "puso loca" y comenzó a gritar y a presionar a la gente para que saliera porque el impacto abrió un boquete en la cola del avión y comenzó a entrar agua a la cabina.
Sullenberger acuatizó la aeronave cerca de dos terminales de transbordadores, y botes de rescate aparecieron en minutos para llevar a la seguridad a los 150 pasajeros y cinco tripulantes.
Cuando el capitán tuvo confirmación oficial de que todos habían sobrevivido, "sentí como que me habían quitado del corazón el peso del universo", comentó.
La tripulación se encontró con algunos pasajeros y familiares de éstos en una reunión en Charlotte, Carolina del Norte, destino del Vuelo 1549.
"Más de una mujer se me acercó y dijo, 'gracias por no convertirme en viuda'", dijo Sullenberger. "'Gracias por permitir a mi hijo de 3 años tener un padre'", agregó.
Uno de los pasajeros pidió a Sullenberger que firmara en su camisa.
Se espera que la tripulación del vuelo reciba las llaves de la ciudad de Nueva York el lunes de manos del alcalde Michael Bloomberg.
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