
La automotriz ya había comenzado el despido de 200 trabajadores de los 600 programados entre febrero y marzo en su planta en Ramos Arispe, en México, y había anunciado un recorte de 800 puestos en Brasil.
La empresa es una de las grandes corporaciones sobre las que el presidente de los EE.UU., Barack Obama, dispuso un límite de 500.000 dólares a los salarios anuales de los empresarios.
En diciembre último, la automotriz fue la firma que más dinero estatal recibió. El gobierno de los Estados Unidos anunció entonces que usaría 17.400 millones de dólares del fondo de asistencia financiera aprobado hace unos meses para rescatar a las principales automotrices.
En ese momento, el ex presidente George Bush, había anunciado que el plan de ayuda a las automotrices se implementaría en dos etapas. En el inicio, el gobierno norteamericano destinaría US$ 13.400 millones que provendrían del salvataje aprobado por el Congreso de 700.000 millones de dólares. En tanto, los US$ 4000 millones restantes se agregarían en febrero.
Según se precisó más tarde, el monto sería de 9400 millones de dólares para General Motors, de 4000 millones para Chrysler, y de otros 4000 millones suplementarios para General Motors sólo bajo condiciones en febrero.
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