
El Palacio es un dolor de cabezas para los ingenieros de sonido, y la voz distorsionaba en algunos ángulos, pero se hacía más nítida en las agudas a medida que tomó temperatura.
El coro inmenso, casi de Estonia, siguió con Será, Adonde va el amor y El poder de tu amor. Explicó que ese fue el cierre de gira de año y medio y que de tantos aplausos y gritos sentía: “como si hubiésemos reunido los aplausos y gritos de año y medio aquí”. Entonces cantó Castillo azul y Sólo con un beso.
A los 60, Montaner mantiene la voz intacta y canta en el mismo tono en que grabó sus más viejos temas. El centro justo del show fue su más reciente canción: Aunque ahora estés con él. Con imágenes conmovedoras de la realidad venezolana actual. Después La vida es una sola. Con el rapero cubano Joel Hernández.
En fusión de house y conga y la banda, violinistas dominicanas incluidas, bailando Óyeme Cachita. Hizo una historia cómica de Adán y Eva y cantó Bésame, Convénceme, Honda, Dame tu consentimiento (”¡Quiero una Venezuela libre!”, gritó y dio saltos), Tan enamorados. Me va a extrañar (falso final) volvió con fragmentos de Soy tuyo, Ojos negros, Sin ti, Déjame llorar, La Gloria de Dios (con su hija Eva Luna) y punto final con La cima del cielo.
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