Nueva York Siete de las ocho víctimas de la explosión en el barrio de Harlem ya han sido identificadas por las autoridades de Nueva York, mientras que otra persona más continúa desaparecida, según confirmó hoy a Efe un portavoz de la Policía.

Las siete personas fallecidas este miércoles tras una explosión de gas son tres puertorriqueños, tres mexicanos y un griego, todos ellos residentes en los dos edificios derrumbados en El Barrio latino de Harlem.

Las dos primeras víctimas identificadas fueron Griselde Camacho, de 45 años, y Carmen Tanco, de 67 años, ambas de origen boricua, mientras que ayer se confirmó que otro de los fallecidos es Jorge Amadeo, de 44 años, también puertorriqueño.

La tragedia de Harlem también se ha cebado con la comunidad mexicana en Nueva York, ya que otras dos de las víctimas son de ese país, Rosaura Barrios, de 43 años, y su hija Rosaura Hernández Barrios, de 22 años. Además, la policía confirmó también que entre las víctimas mortales se encuentra Alexis Salas, un estadounidense de origen mexicano de 22 años que estudiaba derecho en la universidad pública CUNY y cuya esposa está embarazada de cinco meses.

Otra de las personas fallecidas tras la explosión del miércoles es un músico de nacionalidad griega llamado Andreas Panagopoulos, que también vivía en uno de los apartamentos de los dos edificios de Park Avenue derrumbados.

Todavía falta por identificar el octavo cadáver localizado el jueves y que podría pertenecer a una mujer de nacionalidad japonesa que vivía en uno de los edificios. Un portavoz del Consulado de Japón confirmó a Efe que están buscando a una mujer desaparecida.

Respecto a la otra persona que continúa desaparecida, se presume que podría ser de origen dominicano, y en estos momentos el Consulado de ese país está tratando de confirmarlo, según indicó a Efe un portavoz de la representación diplomática.

La explosión tuvo lugar el miércoles hacia las 09.30 hora local (13.30 GMT), apenas quince minutos después de que un vecino de la zona llamara a la empresa ConEdison para alertar sobre un fuerte olor a gas en la zona.