
Mars, de 28 años, trajo su enérgico espectáculo al medio tiempo del Super Bowl, creando lo que se sintió como un show íntimo en la arena y agrandándolo en lo que se ha convertido un momento decisivo para quienes le antecedieron en la lista de artistas que se han presentado en la gran final de la NFL.
El cantante ganador del Grammy borró cualquier vestigio de duda desde el momento en que apareció en la pantalla con una chaqueta dorada casi tan deslumbrante como su sonrisa. Interpretó con aplomo un impresionante solo de bacteria mientras atravesaba el campo en una plataforma elevada motorizada, y una vez en el escenario se unió a su extraordinaria banda para cantar una serie de éxitos en vivo. Entonces integró sin interrupciones a su espectáculo a los Red Hot Chili Peppers.
"Hubo muchos incrédulos y mi amigo cumplió", dijo el comentarista de Fox Howie Long tras la actuación.
Y no se puede negar. No hubo fallas ni momentos negativos de los que se pueda hacer comidilla el lunes por la mañana. Y aunque se puede discutir sobre el valor de ver al cantante cincuentón de los Chili Peppers Anthony Kiedis sin camisa, el rockero logró igualar la energía de Mars con su breve aparición, que no fue menos memorable.
© 2014, La Prensa Asociada.
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