
El episodio del jueves tuvo lugar en Sadiya, a 65 kilómetros al noreste de Bagdad.
"Estaba sentado en mi local cuando escuché una enorme explosión. No podía reconocer nada porque el polvo invadió el lugar. Había vidrios destrozados por todos lados", dijo a Reuters por teléfono Suhair Gadhban, propietario de una tienda, que agregó que estaba herido en una pierna.
Suhair señaló que había visto decenas de personas tendidas en el suelo cerca del lugar de la explosión mientras era trasladado para recibir asistencia médica.
"Algunos de ellos estaban muertos y otros gravemente heridos, y gritaban pidiendo ayuda", añadió.
Cientos de iraquíes han muerto en lo que va del año debido a la ola de violencia. La frecuencia y severidad de los ataques con bombas ha crecido, y aumenta el temor de que Irak pueda entrar una vez más en el tipo de matanzas sectarias de 2006 y 2007, cuando decenas de miles de personas fallecieron.
Casi dos años después de que las tropas estadounidenses se retiraran del territorio iraquí, las fuerzas de seguridad locales están teniendo problemas para combatir la violencia en el país.
Los insurgentes, algunos vinculados con Al Qaeda, se han beneficiado además de la guerra civil en la vecina Siria.
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