
Su nombre es Bill de Blasio, un político de 52 años y casi dos metros de estatura que ha llamado la atención tanto por su ideología liberal como por un inusual perfil personal que ha figurado de manera prominente en la campaña política.
En comerciales de televisión y en actividades públicas, De Blasio ha estado acompañado por su esposa -que fue una activista y poeta lesbiana- y por sus dos hijos, uno de los cuales tiene un afro tan grande que incluso ha generado comentarios del presidente Barack Obama.
Ellos, según los analistas, le han ayudado a De Blasio a impulsar sus aspiraciones para controlar la ciudad más grande de Estados Unidos, con más de ocho millones de habitantes y un presupuesto mayor al de algunos países pequeños.
Pero también le ha generado rechazo: el actual alcalde, el multimillonario Michael Bloomberg, lo acusó de llevar a cabo una campaña racista y de guerra de clases, en la que está utilizando a su familia para ganar apoyos.
Eso sin contar las naturales fuertes críticas del otro aspirante a la alcaldía, el republicano Joseph Lhota, que está relegado en las encuestas.
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