
El glaucoma es la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo. Actualmente, lo padecen 70 millones de personas. De éstas, 2 millones viven en los Estados Unidos. La prevalencia aumenta con la edad: 2.1% de quienes lo padecen son mayores de 40 años, y 3.9% tienen más de 70 años.
Lo peligroso de esta lesión es que hasta fases muy evolucionadas es asintomática, de tal forma que el paciente no es consciente de su existencia hasta que el glaucoma está muy avanzado. De allí que la detección temprana es fundamental para tratarlo a tiempo y evitar la ceguera.
Ceguera silenciosa
Conforme progresa el glaucoma, usted podría notar algunos síntomas como dolor en el ojo, enrojecimiento, dificultad para distinguir objetos cercanos y disminución del campo de visión. Si siente un dolor repentino y agudo, acompañado con dolor de cabeza y visión borrosa, puede ser una señal de que la presión interna en el ojo está muy alta. En ese caso, debe acudir al oftalmólogo de inmediato.
Factores de riesgo
No hay un grupo de riesgo específico para el glaucoma, más allá de la edad; sin embargo, algunos estudios han determinado que las personas con ascendencia afroamericana o que poseen antecedentes familiares de glaucoma, mala visión en la juventud, diabetes o que han seguido tratamientos con corticoesteroides pueden ser propensas a padecerlo.
Quienes tienen siempre una tensión intraocular elevada deben tener más precauciones, así como aquellas personas que sufren de miopía e hipermetropía muy avanzadas.
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