Los candidatos presidenciales a las elecciones de Estados Unidos ultiman los preparativos para el primer debate electoral, que se celebrará este miércoles en Denver, Colorado, en un intento por persuadir a los votantes indecisos.

 “Para mí no se trata de ganar o perder o de los protagonistas, el presidente y yo, sino de algo más importante que eso, demostrar el rumbo que quieren dar al país”, dijo este martes Mitt Romney. Después de semanas de intervenciones polémicas y las encuestas en contra, el republicano afronta una prueba definitiva para demostrar que cuenta con una propuesta convincente frente a la de su rival.

Los 90 minutos que Obama y Romney protagonizarán en la Universidad de Denver constituyen una prueba definitiva para el republicano. Romney debe demostrar que cuenta con una propuesta convincente frente a la de Obama. Su perfil de empresario millonario y su declaración en un video en el que calificaba a los votantes de Obama como “víctimas” y “dependientes”, los hispanos entre ellos, suponen un lastre para el candidato, aunque también un momento para rebatirlo ante más de 50 millones de espectadores.

Aunque el equipo de campaña ha intentado restar importancia al debate y ha reconocido las ventajas de Obama por su experiencia y oratoria, a última hora ha insistido en que constituye una gran oportunidad para exponer su propuesta. Por ello, y según información de los asesores de campaña, la estrategia se centrará en la política exterior y la economía, sobre todo en el empleo, en un momento en el que el país registra un 8,1% de desempleo.

Los republicanos intensificaron este lunes sus críticas a la política exterior del presidente y cuestionaron de nuevo la explicación de su gobierno sobre el mortal ataque contra una sede diplomática estadounidense en Libia el mes pasado, así como la respuesta estadounidense a las ambiciones nucleares de Irán.

“Si Irán se acerca a un desarrollo de armamento nuclear o si se pone en peligro la seguridad de Israel, Estados Unidos podría ser llevado a la vorágine”, advirtió Romney esta semana en un artículo en el Wall Street Journal. El asesor principal de Romney, Kevin Madden, explicó que el republicano “expondrá una visión más fuerte para la política exterior estadounidense, basada en un fuerte liderazgo".

El equipo de campaña de Obama volvió a colocar el tema del pasado empresarial de Romney, con énfasis en describirlo como un ejecutivo alejado de la gente y líder de una empresa con subcontratos en el extranjero. La de Romney sacó otro anuncio para afirmar que EE.UU. no puede permitirse otros cuatro años con Obama, a quien acusa de elevar los impuestos a la clase media.

Una portavoz de la campaña de Obama, Lis Smith, replicó que es Romney quien “castigará” a la clase media con una subida de impuestos si se empeña en recortárselos a los ricos.

Obama cuenta con una ocasión este miércoles para demostrar que necesita un segundo mandato para completar su proyecto de 2008, principalmente, para acelerar el ritmo del crecimiento económico y fomentar la creación de empleo