Los chinos han logrado levantar una torre de 30 pisos en tan sólo dos semanas. La proeza arquitectónica ha roto todos los records existentes, en lo que se refiere a construcción de rascacielos. La obra inicia con un terreno plano, y termina quince días más tarde con un hotel totalmente en funcionamiento, incluso amueblado y decorado.

El secreto es simple: la mayor parte de las piezas son prefabricadas, y el personal que las ensambla trabaja día y noche. Parece un rompecabezas gigante, que sólo requiere ser armado. No obstante, el proceso de planificación es tan elaborado, que bien podría dejar atónito incluso al más destacado arquitecto occidental.

“Hotel T-30” es el nombre de tan apresurada construcción, y es un ejemplo sorprendente del auge de la construcción en China, donde el éxodo del campo a las ciudades ha aumentado la población urbana casi 400 millones desde 1990. Esa es la razón por la que los rascacielos brotan rápidamente como malas hierbas entre las llanuras y las principales ciudades chinas.

Un vídeo que muestra el proyecto de construcción del edificio, ha acumulado ya más de cinco millones de visitas en YouTube y ha dejado sin palabras a las constructoras del orbe, según publica el diario Los Ángeles Times.

El ritmo vertiginoso de la construcción China refleja una necesidad social para ponerse al día lo más rápido posible con el mundo desarrollado, después de una explosión demográfica sin precedente. En otros países, los métodos más avanzados de construcción prefabricados nunca han llegado tan lejos.