De esta manera, todos aquellos cubanos que quieran asistir a las misas multitudinarias en Santiago de Cuba y en La Habana los días 26 y 28 de marzo podrán hacerlo con total libertad y sin que ello conlleve ninguna penalización laboral ni vacacional.

El Gobierno da estos días libres a los ciudadanos para que puedan asistir a las misas y sumarse así a las despedidas que hará el Papa en las calles de las dos ciudades de Cuba.

La noticia fue bien recibida por los cubanos.

Un hombre comentó que "el Papa actual busca el equilibrio mundial, trabaja por la paz de los pueblos y trabajando muy bien tras la sucesión del papa Juan Pablo II", mientras que otra mujer católica aseguró que "en las parroquias se ha anunciado mucho la visita del Papa de manera espontánea, porque es un orgullo".

A su entender, los que no son católicos "vendrán igual con libertad, ya que han sido convocados en los centros de trabajo para que vengan si quieren".