No podía ser más pertinente (o más incómoda) que ahora, cuando ha tenido lugar la sorprendente historia de los espías rusos que vivían sus vidas normales integrados a la sociedad estadounidense y que recientemente fueron repatriados, la aparición de la película Salt que aborda justamente la historia de unos agentes rusos infiltrados hasta lo más profundo de la Seguridad de Estados Unidos: la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Evelyn Salt (Angelina Jolie) es una agente de la CIA que es delatada por un espía ruso que se entrega voluntariamente. A partir de ese momento la confusión reinará en la pantalla pues Salt huye. El espectador sabe que lo hace preocupada por su esposo. Pero esta preocupación aporta un tono de ambigüedad, pues Salt puede ser la infiltrada o la víctima de una emboscada en la que ella es el anzuelo y la coartada de un plan conocido como el Día X, que en resumen es el inicio de las hostilidades, todas ellas engañosas pues se pretende poner a EU contra el mundo saboteándolo desde dentro. El plan integra el asesinato de los presidentes de Rusia y de Estados Unidos y un masivo ataque nuclear a los enemigos de la potencia norteamericana.

De esta manera, los agentes rusos buscan reavivar la aparente frialdad de la guerra fría que en realidad es más caliente de lo que parece.

Un argumento a todas luces interesante, que es resuelto de manera muy bien lograda tanto por el guión como por la estructura narrativa. Una película llena de acrobacias y engaños en donde el cuerpo grácil y delgado de Jolie más su seductora y envolvente habilidad para el disfraz son los verdaderos protagonistas.

El espectador acepta el pacto de verosimilitud y de ficción intrínseco a una cinta de acción y por lo tanto no se sorprende de ver a Jolie en un papel pensado para Tom Cruise, saltando de tráileres en movimiento, trepando como spiderman en los edificios y colapsando ella sola al poderoso sistema de seguridad de Estados Unidos.

De Jolie lo único que se nos ofrece es esa cara de muñeca tramposa que la caracteriza y esos labios suculentos y jugosos como gajos de toronja que todo mundo quisiera devorar una y mil veces, su cuerpo delgado permanece bien forradito y de pronto quisiéramos que en lugar de la agente Salt la pantalla nos regalara una postal majestuosa de Lara Croft. No se puede tener todo. Con esta película, Jolie se confirma como la heroína del cine de acción por excelencia.