
Scott, el guionista Brian Helgeland, y los productores Todd Black, Jason Blumenthal y Steve Tisch decidieron centrarse en la novela y volver a contar la historia como un thriller contemporáneo, reinventándola en el contexto de la Nueva York moderna a través de una historia fantástica que las nuevas generaciones de espectadores no conocen. Y es que el mundo, y en particular Nueva York, ha cambiado mucho desde 1974.
Han pasado 35 años desde el lanzamiento de la primera versión que nació del best-seller escrito por John Godey. El enigma central del libro dejó a los lectores con muchas interrogantes.Y con éstas, la novela tuvo su primera adaptación al cine en el 74 y hasta hoy en día sigue siendo un clásico.
Por eso no extraña que luego de tres décadas y media hayan decidido hacer una nueva adaptación con un toque más moderno en el que estrellas como Denzel Washington, John Travolta, John Turturro, Luis Guzmán, Michael Rispoli y James Gandolfini se pusieran a las órdenes de Tony Scott, conocido por sus trabajos en "Déjà Vu", "Man on Fire" y "Crimson Tide"; todas estelarizadas por Denzel Washington.
Este actor que mantiene una relación profesional sólida con los realizadores de esta cinta, les había manisfestado que ya había hecho de agente del FBI y también de la CIA. Además, hace poco interpretó a un especialista en casos de rehenes en Inside Man, así que no quería volver a hacer lo mismo. Estaba buscando algo diferente y este papel de hombre común, era el personaje que buscaba.
En "The Taking of Pelham 123", Washington es el despachador del metro de Nueva York Walter Garber. Él es un hombre común y corriente, cuyo habitual día de trabajo se transforma en un caos tras el secuestro de un tren.
John Travolta encarna a Ryder, el cerebro criminal detrás de la operación, quien al frente de un grupo armado de cuatro delincuentes, amenaza con ejecutar a los pasajeros a menos que se pague el rescate. A medida que la tensión aumenta, Garber usa su conocimiento de las líneas del metro en una batalla para burlar a Ryder y salvar a los rehenes.
La diferencia
La nueva adaptación se diferencia de la primera versión en algunos puntos fundamentales porque a los realizadores les interesaba hacer más hincapié en la relación entre el despachador y el secuestrador, ya que ni en la novela, ni la película original obligaban a Garber y Ryder a ponerse en la piel del otro.
Garber, busca limpiar una mancha en su reputación: una acusación de soborno por la cual lo quitaron de su cargo como administrador de la MTA, mientras Ryder, un hombre que fue exitoso en Wall Street, pero fue acusado de desfalco y apresado, por eso busca vengarse de Nueva York.
Cuando la producción hizo la investigación, descubrió que el metro era un lugar muy tecnológico, como la NASA. El director Scott tomó ese mundo tranquilo y limpio, de alta tecnología de la MTA, y lo contrapuso con la oscuridad y la aspereza de los trenes de NY.
Para el director, había una sola forma de lograr darle vida a su visión y esa era rodando en los verdaderos túneles, quería que el metro se convirtiéra en un tercer personaje entre Denzel y John. Al final lo logró.
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