
Y es que de acuerdo con un estudio, las chicas planean más sus actos que los hombres.
"Mientras ellos tienden a la acción física inmediata, ellas aislan a sus rivales y piensan más la conducta que ejercerán contra el otro", señala el análisis.
Mediante pruebas de personalidad, cuestionarios socioeconómicos y análisis electrofisiológicos, se determinó que las mujeres son más "proactivas" y los hombres más "reactivos".
De las personas estudiadas, el 70% de la población masculina agredía físicamente ante un estímulo negativo y sólo el 10% de las mujeres recurría a los golpes, porque la mayoría prefiere "aislar" a quienes las hacen enojar.
El objetivo de la investigación, según los investigadores es "comprobar la existencia de distintas formas de funcionamiento cerebral en cada tipo de agresor".
Este fenómeno posiblemente se relaciona con las diferencias de "papeles laborales" que se acentuaron en el cerebro hace más de cien mil años.
El varón se encargaba de la caza para brindar el alimento al hogar, debía ir detrás de la presa y matarla, mientras la mujer se quedaba en la aldea recolectando frutos.
Al contrario de los hombres, la jerarquía en las mujeres no se establecía con base en la fuerza física, sino en quién podía ser una mejor dirigente.
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