Organizaciones piden a Obama una reforma justa y detener redadas y deportaciones
Una vez pasada la euforia del cambio de gobierno en Estados Unidos, los grupos activistas a favor de una reforma migratoria regresaron a la carga para colocar el tema entre los asuntos de resolución urgente de la nueva administración.
En Washington, en el primer día formal de trabajo del presidente Barack Obama, cientos de activistas de todo el país marcharon hasta las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para pedir una reforma migratoria "justa y humana" y medidas administrativas inmediatas para frenar las redadas y las deportaciones. Frente a las instalaciones se realizó incluso una "limpia" por parte de un líder indígena, con el fin de eliminar las "cargas negativas" del lugar.
La marcha fue organizada por el Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM) y la National Capital Immigrant Coalition, entre otros grupos. Los manifestantes abogaron por la reforma amplia y temas migratorios específicos, como por ejemplo el avance de la medida DREAM Act para la legalización de alumnos indocumentados.
"Nuestro mensaje para el presidente Obama es que permita que los tres millones de estudiantes indocumentados que hay en este país puedan legalizarse y puedan contribuir a este nación que necesita ayuda. Esos jóvenes son nuestro futuro", comentó Juan Carlos Arauz, de San Rafael, California, y de la organización One Dream 2009.
Dilsy Méndez, joven proveniente de San Francisco, indicó que a pesar de la crisis económica y de los otros asuntos que tiene que abordar Obama, el tema de la reforma migratoria puede avanzar. "Si queremos y si presionamos, cualquier cosa es posible", declaró la jovencita.
En Los Ángeles, desde las 6:00 a.m. un grupo de cerca de 50 personas se dio cita frente al Edificio Federal en el centro de la ciudad para exponer la misma demanda.
"Queremos promover que paren las redadas porque desintegran a las familias", comentó María Elena del Real, voluntaria del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica (COFEM). Esta organización marchó hacia el lugar junto con un contingente de la Coalición de Los Ángeles para los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA).
Jorge Mario Cabrera, portavoz de CHIRLA, dijo que la organización, además de participar en las actividades de Washington y Los Ángeles, continúa con la campaña de enviar cartas a las oficinas de Obama en la capital del país pidiendo un alto a las redadas y deportaciones, acción que puede realizar el presidente a través de una orden ejecutiva sin necesidad de que el Congreso dé su aprobación.
Hermandad Mexicana Trasnacional, que también participa en dicha campaña, dedicó todo el día de ayer a este fin. "Pusimos 1,000 cartas en el correo, con éstas ya son 7,000", comentó Esmeralda Chaires, integrante de la organización.
En la sede de este grupo en Panorama City durante todo el día se recibió a gente que quería enviar un fax o un correo electrónico con el mismo mensaje a la Casa Blanca. Hacia el mediodía de ayer ya se habían enviado cien de cada uno. Una situación similar se registró en las oficinas de Hermandad Mexicana en Oxnard.
Desde las 6:00 a.m. el buzón de voz de la Casa Blanca empezó a funcionar e inmediatamente se hicieron cientos de llamadas dejando un mensaje breve: "Señor presidente Barack Obama, mantenga unidas a las familias. Alto a las redadas y las deportaciones". Sin embargo, alrededor de las 10:00 a.m. el buzón se saturó y fue imposible dejar más mensajes.
Por la tarde, también en Los Ángeles, se registró una nueva manifestación frente al Edificio Federal, esta vez a las 5:00 p.m. Decenas de personas de la Coalición de Inmigración del Sur de California, conformada por diversas organizaciones, se manifestaron por el mismo motivo.
"Queremos que el presidente mande una señal clara a la comunidad inmigrante de que cumplirá el compromiso de presentar un proyecto de reforma migratoria integral en los primeros cien días de su gobierno", comentó Juan José Gutiérrez, coordinador de Movimiento Latino USA.
Carlos Montes, dirigente de Latinos Against the War, dijo que tras la derrota de los republicanos debido a su política antiinmigrante, "celebramos el cambio, pero queremos ver una agenda de justicia que incluya una legalización. Y queremos verlo ahora, no dentro de tres o cuatro años".
Ayer mismo, el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) envió una carta al presidente en la que, además del cese a redadas y deportaciones, pidió que tome medidas específicas en los casos de las personas que viven en Santuario, en el envío de cartas de discrepancia (no-match letters), y que detenga la construcción del muro en la frontera, entre otros puntos.
En tanto, frente a la alcaldía de San Bernardino decenas de jornaleros del Sur de California exigieron a Obama que recuerde sus promesas de campaña y ofrezca una vía legal a los trabajadores de la calle.
Con las manos en alto en señal de que su trabajo es lo que construye a Estados Unidos, los más de 150 jornaleros se congregaron en medio de una incipiente llovizna, como parte de las 41 protestas de trabajadores de la calle programadas para ayer en las principales ciudades del país y en las cuales se estimaba la participación de al menos 120,000 jornaleros.
"Es necesario que pare la criminalización contra el inmigrante. Las redadas y la persecución no es la América de la que habló Obama", declaró Pablo Alvarado coordinador de la Red Nacional de Jornaleros. "Las leyes me hacen sentir como criminal cuando lo único que hago es salir a buscar trabajo en una esquina", expresó por su parte Enrique Ramos, originario de Guatemala y trabajador ambulante desde hace tres años.
Ángela Sanbrano, presidenta de la Alianza Nacional de Latinoamérica y las Comunidades del Caribe (NALACC), pidió que Obama haga acciones de sus palabras. "Estados Unidos es una nación de inmigrantes como lo fue en su tiempo la familia de Obama y, como él, todos tenemos derecho y nos merecemos la oportunidad de ser libres y lograr el sueño americano", dijo.
En Washington, en el primer día formal de trabajo del presidente Barack Obama, cientos de activistas de todo el país marcharon hasta las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para pedir una reforma migratoria "justa y humana" y medidas administrativas inmediatas para frenar las redadas y las deportaciones. Frente a las instalaciones se realizó incluso una "limpia" por parte de un líder indígena, con el fin de eliminar las "cargas negativas" del lugar.
La marcha fue organizada por el Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM) y la National Capital Immigrant Coalition, entre otros grupos. Los manifestantes abogaron por la reforma amplia y temas migratorios específicos, como por ejemplo el avance de la medida DREAM Act para la legalización de alumnos indocumentados.
"Nuestro mensaje para el presidente Obama es que permita que los tres millones de estudiantes indocumentados que hay en este país puedan legalizarse y puedan contribuir a este nación que necesita ayuda. Esos jóvenes son nuestro futuro", comentó Juan Carlos Arauz, de San Rafael, California, y de la organización One Dream 2009.
Dilsy Méndez, joven proveniente de San Francisco, indicó que a pesar de la crisis económica y de los otros asuntos que tiene que abordar Obama, el tema de la reforma migratoria puede avanzar. "Si queremos y si presionamos, cualquier cosa es posible", declaró la jovencita.
En Los Ángeles, desde las 6:00 a.m. un grupo de cerca de 50 personas se dio cita frente al Edificio Federal en el centro de la ciudad para exponer la misma demanda.
"Queremos promover que paren las redadas porque desintegran a las familias", comentó María Elena del Real, voluntaria del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica (COFEM). Esta organización marchó hacia el lugar junto con un contingente de la Coalición de Los Ángeles para los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA).
Jorge Mario Cabrera, portavoz de CHIRLA, dijo que la organización, además de participar en las actividades de Washington y Los Ángeles, continúa con la campaña de enviar cartas a las oficinas de Obama en la capital del país pidiendo un alto a las redadas y deportaciones, acción que puede realizar el presidente a través de una orden ejecutiva sin necesidad de que el Congreso dé su aprobación.
Hermandad Mexicana Trasnacional, que también participa en dicha campaña, dedicó todo el día de ayer a este fin. "Pusimos 1,000 cartas en el correo, con éstas ya son 7,000", comentó Esmeralda Chaires, integrante de la organización.
En la sede de este grupo en Panorama City durante todo el día se recibió a gente que quería enviar un fax o un correo electrónico con el mismo mensaje a la Casa Blanca. Hacia el mediodía de ayer ya se habían enviado cien de cada uno. Una situación similar se registró en las oficinas de Hermandad Mexicana en Oxnard.
Desde las 6:00 a.m. el buzón de voz de la Casa Blanca empezó a funcionar e inmediatamente se hicieron cientos de llamadas dejando un mensaje breve: "Señor presidente Barack Obama, mantenga unidas a las familias. Alto a las redadas y las deportaciones". Sin embargo, alrededor de las 10:00 a.m. el buzón se saturó y fue imposible dejar más mensajes.
Por la tarde, también en Los Ángeles, se registró una nueva manifestación frente al Edificio Federal, esta vez a las 5:00 p.m. Decenas de personas de la Coalición de Inmigración del Sur de California, conformada por diversas organizaciones, se manifestaron por el mismo motivo.
"Queremos que el presidente mande una señal clara a la comunidad inmigrante de que cumplirá el compromiso de presentar un proyecto de reforma migratoria integral en los primeros cien días de su gobierno", comentó Juan José Gutiérrez, coordinador de Movimiento Latino USA.
Carlos Montes, dirigente de Latinos Against the War, dijo que tras la derrota de los republicanos debido a su política antiinmigrante, "celebramos el cambio, pero queremos ver una agenda de justicia que incluya una legalización. Y queremos verlo ahora, no dentro de tres o cuatro años".
Ayer mismo, el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) envió una carta al presidente en la que, además del cese a redadas y deportaciones, pidió que tome medidas específicas en los casos de las personas que viven en Santuario, en el envío de cartas de discrepancia (no-match letters), y que detenga la construcción del muro en la frontera, entre otros puntos.
En tanto, frente a la alcaldía de San Bernardino decenas de jornaleros del Sur de California exigieron a Obama que recuerde sus promesas de campaña y ofrezca una vía legal a los trabajadores de la calle.
Con las manos en alto en señal de que su trabajo es lo que construye a Estados Unidos, los más de 150 jornaleros se congregaron en medio de una incipiente llovizna, como parte de las 41 protestas de trabajadores de la calle programadas para ayer en las principales ciudades del país y en las cuales se estimaba la participación de al menos 120,000 jornaleros.
"Es necesario que pare la criminalización contra el inmigrante. Las redadas y la persecución no es la América de la que habló Obama", declaró Pablo Alvarado coordinador de la Red Nacional de Jornaleros. "Las leyes me hacen sentir como criminal cuando lo único que hago es salir a buscar trabajo en una esquina", expresó por su parte Enrique Ramos, originario de Guatemala y trabajador ambulante desde hace tres años.
Ángela Sanbrano, presidenta de la Alianza Nacional de Latinoamérica y las Comunidades del Caribe (NALACC), pidió que Obama haga acciones de sus palabras. "Estados Unidos es una nación de inmigrantes como lo fue en su tiempo la familia de Obama y, como él, todos tenemos derecho y nos merecemos la oportunidad de ser libres y lograr el sueño americano", dijo.
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