
En una nueva investigación, los autores hallaron que los estadounidenses casados de mediana edad y mayores tendían a calificar mucho mejor su salud que los que nunca se habían casado. Aquel grupo tenía también menos síntomas de depresión y limitaciones de la movilidad.
Por otro lado, a los adultos divorciados o viudos les fue peor en ciertos indicadores de salud que a los solteros, incluida la cantidad de enfermedades crónicas informadas.
"En promedio, (los viudos o divorciados) sufren 20% más enfermedades y 23% más limitaciones físicas", escribió el equipo en Journal of Health and Social Behavior.
Volverse a casar pareció reducir algunos de los efectos sobre la salud del divorcio o la viudez. De todos modos, los hombres y las mujeres que se volvieron a casar seguían teniendo en general menor calidad de salud que el grupo casado desde hacía años.
Los resultados surgen de datos sobre más de 9,100 estadounidenses de 50 años o más, que participaron en una encuesta nacional de salud en 1992.
El 55% estuvo casado continuamente, el 4% nunca se había casado y el resto se había divorciado o había enviudado por lo menos una vez.
Una limitación del estudio es que no incluyó información sobre la calidad del matrimonio. Estudios previos habían hallado que las personas que mantienen un matrimonio no feliz tendrían más riesgo de sufrir problemas de salud, como hipertensión, depresión y enfermedad cardiaca.
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