
Sólo unas horas después de que Gobierno de facto de Honduras volviera a decretar el toque de queda en Tegucigalpa tras los serios disturbios en los que acabó desembocando una multitudinaria protesta en apoyo al derrocado Presidente, Manuel Zelaya, otra violenta manifestación enfrentó a zelayistas y policía en las calles de la capital hondureña.
Unos 5.000 seguidores del depuesto Presidente de Honduras, protestaron en las cercanías de la Casa Presidencial sin que se registraran incidentes, para, posteriormente, dirigirse hacia el centro de la capital hondureña, donde se encuentra la sede del Legislativo. Antes de llegar al Parlamento, la protesta fue disuelta "por policías y militares que no dejaron que llegáramos hasta el Congreso Nacional" y que se llevaron a una veintena de detenidos, según afirmó un dirigente campesino y uno de los coordinadores del movimiento de resistencia popular que exige el regreso al poder de Zelaya.
Según el relato de algunos testigos, las fuerzas del orden dispararon bombas de gases lacrimógenos, mientras un helicóptero volaba a baja altura sobre el centro de la capital, donde muchos comercios fueron cerrados. Mientras tanto, el Vicepresidente del Parlamento hondureño, Ramón Velázquez, salió ileso de un confuso incidente en el que un grupo de seguidores de Zelaya trató de agredirlo y otro grupo de éstos y policías salieron en su defensa.
El portavoz de la Policía, Orlin Cerrato, declaró a la prensa que el incidente ocurrió cuando los manifestantes llegaron al centro de Tegucialpa y causaron algunos destrozos en edificios públicos y privados. El mismo Velázquez, del Partido Democracia Cristiana de Honduras (PDCH), minimizó el hecho y dijo que "solamente me golpearon de palabra y con agua".
El incidente se registró cuando cruzaba la calle frente al Parlamento, hacia el Banco Central, que queda a un costado del poder legislativo. "En ese momento venían los manifestantes, algunos me increparon, me lanzaron agua, se produjo una confusión, pero no ha pasado nada más, son gajes del oficio", expresó Velázquez.
Por su lado, el Presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti, aseguró que las acciones violentas registradas en los últimos días por parte de seguidores del depuesto gobernante Manuel Zelaya no están dirigidas contra su Gobierno, sino contra la población. "Injustamente la acción violenta y terrorista no está dirigida contra el Gobierno. Se dirige contra la población. Se propone interrumpir el proceso electoral", expresó.
En ese sentido, insistió en que el 29 de noviembre se celebrarán elecciones generales y pidió "la cooperación" de todos los hondureños para mantenerse "en guardia", "prevenir y "denunciar movilizaciones sospechosas de extranjeros infiltrados".
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