Un funcionario que trabaja en una oficina del gobierno de Nueva York para el control de animales, tenía cientos de serpientes en su casa, donde funcionaba un negocio ilegal de venta de estos reptiles.
Se cree que tenía unas 850 serpientes, entre las que destacaba una inmensa pitón birmana de casi dos metros.
El valor de las serpientes asciende a medio millón de dólares.
Las autoridades indicaron que los animales serán trasladados a un santuario.
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