WASHINGTON.-Estados Unidos se prepara para que el martes comience un cierre
parcial del gobierno, algo que nadie quiere ni considera bueno para el
país, y aun así el único punto en que coinciden en Washington es en
culpar al otro partido.
Si se llega al plazo
de la medianoche del lunes sin un acuerdo, un cierre afectaría a un
amplio número de programas que incluye desde parques nacionales hasta el
Pentágono.
El presidente Barack Obama y el
líder de la mayoría demócrata en el Senado rechazaron un plan aprobado
por los republicanos en el Cámara de Representantes la madrugada del
domingo que retrasaría un año la puesta en marcha de partes clave de la
nueva ley de salud y derogaría un impuesto a dispositivos médicos como
marcapasos, a cambio de evitar el cierre.
La
Casa Blanca ha prometido vetar la legislación completa y acusó a los
republicanos de tener "una agenda política muy limitada... y empujar al
gobierno al cierre".
La cámara baja, de
mayoría republicana, envió la legislación al Senado luego de aprobarla
la madrugada del domingo por 231-192, cuando faltan menos de 48 horas
para que los recursos del gobierno se agoten.
Los
legisladores hablaron uno tras otro en programas de televisión el
domingo, a menudo presentando nuevas versiones de las confrontaciones
provocadas por la reforma al sistema de salud que ratificó la Suprema
Corte, mientras el país se encamina al primer cierre del gobierno en 17
años.
"Estoy de acuerdo en que debemos
sostener este debate pero no debemos vincularlo con un cierre del
gobierno. Esa es la discordancia fundamental entre ambas partes aquí",
dijo Tim Kaine, senador demócrata por Virginia.
"No vamos a aprobarlo porque no es correcto cerrar el gobierno y usar esto como una palanca para el cambio", agregó.
Si
el gobierno se queda sin fondos algunos servicios básicos como el
patrullaje en la frontera, la inspección de alimentos y el control del
tráfico aéreo se mantendrían. Los pagos de seguridad social y el seguro
médico para ancianos y pobres seguirían cubriéndose para que los
doctores continúen con la atención.
El Senado
planea reunirse hasta el lunes en la tarde, 10 horas antes de que ocurra
el cierre; algunos líderes republicanos han dicho en privado que temen
que el líder de la mayoría demócrata Harry Reid tenga ventaja conforme
se acerca al vencimiento del plazo fatal.
Eso
podría desatar una revuelta entre los republicanos de la Cámara de
Representantes, entre los que hay numerosos aliados del Tea Party, en
que la opción fuera provocar el cierre o salir de esta confrontación con
Obama con las manos vacías.
"No vamos a cerrar el gobierno", dijo Kevin McCarthy, tercer líder en rango de los republicanos en la cámara.
"Si tenemos que negociar un poco más lo haremos", dijo sin mayor explicación.
© 2013, La Prensa Asociada.
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