
"Fue el salto de una vida, el resultado de tres años de entrenamiento. Me alegro de que aterrizamos con éxito, cumplimos un sueño", declaró Reffet a la televisión pública francesa. "Este es el edificio más alto del mundo y no queremos asustarnos. La gente piensa que hacemos salto base porque estamos locos, porque nos gusta tener miedo, pero nos encanta volar, nos divertimos ", agregó.
Ahora para romper este récord, los franceses deberán esperar a que se termine la Kingdom Tower en Arabia Saudí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario