Algunas de esas momias pertenecen a bebés que podrían ser los miembros más jóvenes de la decimoctava dinastía faraónica.
Según los estudios iniciales, hay príncipes y princesas en la tumba, que había sido saqueada en el pasado.
El descubrimiento lo hizo un equipo suizo de la Universidad de Basilea que trabaja con el gobierno egipcio.
Las antigüedades son vitales para el comercio turístico en Egipto pero, ante la inseguridad y el caos político de los tres años transcurridos desde la primavera árabe, el país no ha conseguido proteger lugares históricos ni frenar los robos en museos, mezquitas, tiendas y excavaciones ilegales.
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