EL CAIRO, Egipto.- Combatientes extremistas islámicos emboscaron el lunes dos
vehículos que transportaban a policías fuera de servicio en la región
norte de la Península del Sinaí egipcia, y mataron a 25 de ellos en un
osado ataque a plena luz de día que agudiza la crisis que vive Egipto y
pone de manifiesto la inestabilidad en la estratégica región.
Los
asesinatos, que se registraron cerca del poblado fronterizo de Rafah,
ocurrieron un día después de que 36 detenidos murieron en
enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En
total, más de 1.000 personas han muerto en choques entre las fuerzas de
seguridad y partidarios del depuesto presidente Mohamed Morsi desde el
miércoles.
Las tensiones entre ambas partes
han sido altas desde que el ejército derrocó a Morsi en un golpe de
Estado el 3 de julio, luego de días de protestas por parte de millones
de egipcios que exigían que el presidente islamista renunciara y lo
acusaban de abuso de poder.
Pero los partidarios de Morsi han contraatacado con manifestaciones para exigir su restitución.
El
miércoles, el ejército desalojó dos campamentos de protesta montados
por los partidarios de Morsi, matando a cientos de personas y generando
la actual ola de violencia.
El general Abdul
Fatá el Sisi, jefe militar del país, dijo el domingo que el desalojo,
seguido por un estado de excepción y un toque de queda nocturno impuesto
en El Cairo y en varias provincias, era necesario para proteger al país
de la "guerra civil".
El Sisi ha prometido
que el ejército se mantendrá firme ante la creciente violencia, pero
también pidió la inclusión de islamistas en el proceso político
posterior a la caída de Morsi.
La Península
del Sinaí, una región estratégica que colinda con la Franja de Gaza e
Israel, ha registrado ataques casi a diario desde el derrocamiento de
Morsi, lo que hace a muchos pensar que los combatientes de la zona están
vinculados con la Hermandad Musulmana, el grupo islamista del cual
surgió Morsi.
En el ataque del lunes, los
combatientes obligaron a los dos vehículos a detenerse, ordenaron a los
policías que bajaran y los hicieron tirarse al piso para después
dispararles, dijeron autoridades. Los policías iban vestidos de civil,
dijeron los funcionarios, quienes hablaron con la condición de mantener
el anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.
Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad del ataque, que dejó a otros dos policías heridos.


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