TOKIO (AP) -- El segundo aniversario del terremoto y maremoto que devastaron el norte del Japón y que provocaron una catástrofe atómica, y que se conmemora el lunes, destaca el esfuerzo que realiza el país para limpiar la radiación, reconstruir las comunidades perdidas y determinar nuevas estrategias económica y energética.
Más de
300.000 personas siguen desplazadas y virtualmente no se ha iniciado la
reconstrucción en el devastado litoral nororiental, donde un maremoto
destruyó comunidades enteras.
Está previsto
que se celebren ceremonias en Tokio y en los pueblos destruidos a fin de
recordar el momento a las 2:46 de la tarde, cuando un terremoto de
magnitud 9, el más potente de la historia del Japón, sacudió la costa,
provocando un devastador maremoto que causó la muerte a casi 19.000
personas.
En el asolado puerto pesquero de
Kesennuma, una fina capa de nieve cubría el terreno donde otrora se
levantaban viviendas y tiendas de pescado. Los sobrevivientes viven en
casas temporales en tierra alta, mientras que otros decidieron mudarse
otros lugares, de forma definitiva. El lunes por la mañana, pescadores
que tratan de revitalizar la industria pesquera en el área exhibían
filas de atún y otros pescados para subasta.
"Da
miedo vivir aquí donde hubo un terremoto. Da miedo, pero no tengo
planes de irme a ningún sitio. Quiero esforzarme para dar lo mejor de
mí, de alguna manera para reconstruir la ciudad", dijo Kenichi Oi, de 75
años.
Más hacia el sur, en la prefectura de
Fukushima, unos 160.000 evacuados siguen bajo la incertidumbre de si
alguna vez podrán regresar a sus viviendas abandonadas en los
alrededores de la planta atómica Fukushima Dai-ichi, donde tres
reactores nucleares se fundieron y emitieron radiactividad en el agua y
terreno adyacentes, después que el maremoto arruinó el sistema de
refrigeración de la planta.
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La periodista de Associated Press, Emily Wang, en Kesennuma, Japón contribuyó a este despacho.
© 2013, La Prensa Asociada.
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