Un presunto atacante suicida detonó el viernes una bomba a la entrada de la embajada estadounidense en la capital turca, lo que provocó su muerte y la de otra persona

 

ANKARA, Turquía (AP) -- Un presunto atacante suicida detonó el viernes una bomba a la entrada de la embajada estadounidense en la capital turca, lo que provocó su muerte y la de otra persona, dijeron las autoridades.

El embajador de Estados Unidos, Francis Ricciardione, dijo a la prensa que un guardia murió en la explosión a la 1:15 de la tarde, y una ciudadana turca resultó herida.

El explosivo al parecer estalló dentro del puesto de seguridad en una entrada lateral de la embajada, pero no causó daños en el edificio. Las imágenes televisivas muestran que el portón se desprendió y que había escombros en el lugar y en la calle. Una periodista de la Associated Press vio un cadáver en la calle frente a una entrada lateral de la embajada.

La policía rodeó el lugar y llegaron varias ambulancias. Una periodista de la AP vio a una mujer, al parecer gravemente herida, cuando era llevada a una ambulancia.

Un oficial de policía, que habló con la condición del anonimato en cumplimiento de las reglas del gobierno, dijo que la policía examinó las cámaras de seguridad en torno de la embajada y que identificó a dos personas que podrían haber sido el atacante suicida.

El edificio de la embajada está fuertemente custodiado. Se encuentra cerca de un área donde hay otras embajadas, incluyendo las de Alemania y Francia. La policía acordonó el lugar y mantuvo a raya a los periodistas.

Los teléfonos de la embajada no respondieron. En una declaración, agradeció a Turquía por "su solidaridad e indignación por el incidente".

Nadie se atribuyó el ataque, pero en Turquía están activos los milicianos islámicos y los rebeldes curdos. Estos últimos, que luchan por conseguir autonomía en el sudeste del país, han intensificado sus ataques en el último año.

Asimismo, milicianos islámicos vinculados con al-Qaida han realizado ataques suicidas con explosivos en Estambul. En un ataque en el 2003 al consulado británico, un supuesto miliciano islámico embistió el portón principal con un camión cargado de explosivos y dejó un tendal de 58 muertos, entre ellos el cónsul general británico.

En el 2008, un ataque atribuido a milicianos afiliados a al-Qaida, frente al consulado estadounidense en Estambul, terminó con seis muertos: tres atacantes y tres policías.

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