SANTIAGO DE CHILE (AP) -- El 39no aniversario del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende concluyó la noche del martes con múltiples barricadas incendiadas, cortes de energía eléctrica, suspensión del transporte público, enfrentamientos entre encapuchados y fuerzas antimotines y un balance preliminar de cinco policías heridos.

Como todos los años, los disturbios estallaron al caer la noche, cuando sujetos con sus rostros cubiertos coparon algunas importantes arterias de la ciudad, donde levantaron barricadas y les prendieron fuego, interrumpiendo el tránsito, mientras en al menos 12 de las 35 comunas de Santiago encapuchados lanzaron cadenas al tendido eléctrico ocasionando cortes de energía.

La compañía de electricidad informó que al menos 58.000 residencias quedaron a oscuras alrededor de las 22.00 horas, pero luego se sumaron nuevos sectores sin electricidad.

En la conflictiva Villa Francia, una populosa barriada al poniente de la ciudad, se registraron algunos de los más duros enfrentamientos entre jóvenes encapuchados y policías antidisturbios, y en medio de la oscuridad por los cortes de luz se sintieron varias detonaciones que la policía atribuyó a armas de fuego en poder de civiles.

Los disturbios en Villa Francia son una tradición desde 1986, un año después que un grupo de policías asesinó a dos hermanos, Rafael y Eduardo Vergara, militantes izquierdistas, y luego atribuyeron las muertes a un enfrentamiento entre civiles y agentes antimotines. Sin embargo, años después una investigación judicial estableció que ambos fueron ejecutados. Tres agentes cumplen condena por el crimen.

La policía informó de desórdenes en decenas de sectores de la periferia, pero también en pleno centro. El transporte público anunció la suspensión del servicio en al menos seis populosas comunas del suroriente de la ciudad debido al ataque a autobuses. En la zona afectada vive más de un millón de los siete millones de santiaguinos, la mayoría de los cuales trabajo lejos de sus hogares.

En los días previos también se registraron incidentes. El domingo una vigilia en el memorial ubicado en el cementerio general que recuerda a las 3.000 víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), concluyó con disturbios provocados por encapuchados. Varias universidades suspendieron sus actividades para evitar que grupos radicales promuevan protestas y desmanes.

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, llamó a que los desórdenes)" no sea algo que crezca", pero claramente su llamado fue desoído. La gente que sufre esta violencia no tiene nada que ver con lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973", manifestó el ministro.

Grupos políticos izquierdistas y organizaciones humanitarias realizaron durante toda la mañana del martes homenajes en el monumento a Allende erigido frente a la sede de gobierno de La Moneda, donde murió el mandatario.

El aniversario del golpe y muerte de Allende coincidió con una resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago que confirmó el fallo de un juez que indagó las causas de su muerte y determinó, tras una nueva autopsia, que Allende se suicidó con una ametralladora que le había regalado su amigo Fidel Castro.

Allende decidió inmolarse antes de caer en manos de los militares que tomaban por asalto la bombardeada e incendiada sede gubernamental.

Entre los grupos que acudieron a rendir homenaje a Allende estuvo una delegación de su Partido Socialista, entre cuyos dirigentes se encuentra la hija del fallecido jefe de Estado, la senadora Isabel Allende.

Lorena Pizarro, presidenta de la agrupación de familiares de detenidos desaparecidos, dijo que a pesar de las casi cuatro décadas que han transcurrido desde el golpe militar no se puede hablar de un cierre de los procesos por violaciones a los derechos humanos. "La memoria es fundamental para que todos tengamos conciencia de ese nunca más. Falta porque los violadores de los derechos humanos no pueden morirse en la impunidad", dijo.

Pinochet falleció en 2006 sin ser condenado por los excesos cometidos ni por las acusaciones de enriquecimiento ilícito por las que estuvo temporalmente bajo arresto domiciliario.

Unos 700 militares han sido juzgados y condenados por violaciones a los derechos humanos, entre ellos el jefe de la temida policía secreta de Pinochet, el ex general Manuel Contreras, quien purga varias condenas a presidio perpetuo que superan los 300 años de cárcel.

Entre 1990 y 2009 el aniversario del golpe era conmemorado también en la sede de gobierno por parte de las autoridades centroizquierdistas. Pero desde el triunfo en 2010 de la alianza derechista del presidente Sebastián Piñera no se realizan ceremonias oficiales.

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