La tormenta de nieve más poderosa de la temporada invernal barrió Colorado y partes de los estados vecinos, lo que provocó la cancelación de más de 600 vuelos en Denver y el cierre de cientos de kilómetros de autopistas entre las principales ciudades.

La nieve se acumuló hasta 1,83 metros (6 pies) en algunas colinas de las Montañas Rocallosas, lo que constituyó un bienvenido impulso positivo a varias estaciones de esquí que han recibido nevadas por debajo del promedio en esta temporada. Sin embargo, mientras Echo Mountain y otros centros turísticos cerca de Denver celebraban hasta un metro de nieve, la tormenta sólo espolvoreó los complejos turísticos más grandes, como Vail, con unos pocos centímetros en las Montañas Rocallosas centrales de Colorado.

"Ha sido fantástico", dijo Scott Gales, un portavoz de Echo Mountain a unos 40 kilómetros (25 millas) al oeste de Denver. "Sólo teníamos unas 26 o 27 pulgadas (unos 68 centímetros) esta mañana. Ahora estamos en más de 40 (101 centímetros) y sigue nevando a razón de una pulgada o dos cada hora".

El centro de Información de Colorado sobre Avalanchas emitió una advertencia para laderas al este de la cordillera hasta el mediodía del sábado, alertando que podrían caer 61 centímetros (2 pies) de nueva nieve.

Condiciones de ventisca afectaron las llanuras orientales de Colorado, con 1,52 metros (5 pies) de ventisquero en partes del condado de Elbert. El tiempo severo golpeó partes del sureste de Wyoming, el oeste de Kansas y Nebraska, donde un grupo de fuertes nevadas se estancó y vertió casi 33 centímetros (13 pulgadas) en algunos puntos.

La nieve helada hizo difícil conducir en lugares tan lejanos como el sur de Nuevo México.

Una advertencia de tormenta invernal permanecía vigente para un amplio sector de las planicies occidentales y centrales desde el noreste de Colorado, la mayor parte de Nebraska, y hasta el noreste de Kansas y el sureste de Iowa. Una advertencia de ventisca se levantó para Colorado, pero se mantuvo para cuatro condados en el oeste de Nebraska.

La nieve seguía cayendo la noche del viernes, y se esperaban entre 2 y 4 pulgadas (de 5 a 10 centímetros) en Denver y el noreste de Colorado. Se esperaba que disminuyera el sábado a medida que la tormenta se desplace hacia el este.