"Unos 100 prisioneros murieron calcinados o asfixiados por los gases provocadas por las llamas en el interior de sus celdas, que estaban aseguradas con candados. Lamentablemente no pudimos sacarlos por no tener las llaves a mano y no hallar al guardia que las portaba", señaló el funcionario. Aún se desconocían las causas del incendio, pero se cree que pudo haberse originado por un corto circuito.
Las autoridades señalaron que dentro de la cárcel donde ocurrió el incendio habían 852 reclusos. Al pasar la lista en la madrugada faltaban 356. "La mayoría de ellos podría haber muerto, y otros resultaron con quemaduras, escaparon o sobrevivieron", declaró Ramón Custodio, comisionado nacional de Derechos Humanos de Honduras.

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