Movida por la curiosidad, inherente a los pequeños, una niña australiana tuvo un primer encuentro inolvidable con la fauna salvaje. Quería ver de cerca a un león en un zoo de Nueva Zelanda. El instinto del animal le lleva a lanzar sus zarpas, que chocan contra el cristal de protección. A pesar del lógico sobresalto, la pequeña no deja de mirar, atónita, al ejemplar.
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