Colaboraba en la instalación de un árbol de acero en el centro de Auckland, Nueva Zelanda. Pero casi provoca una tragedia al accidentarse mientras descendía. Ver Video

Según publica el Herald Sun, periódico local de la ciudad neozelandesa, Greg Gribble tiene 20 años de experiencia piloteando aeronaves de este tipo, por lo que llama la atención el extremo peligro al que se expuso durante el trabajo que realizaba en pleno centro de la ciudad más importante del país oceánico.

Mientras colaboraba en la instalación de un árbol de Navidad de acero de siete pisos, no pudo evitar que el aparato descendiera demasiado. No está claro si lo hizo intencionalmente pensando en llevar adelante la tarea o tuvo problemas mecánicos.

Lo cierto es que estando a pocos metros del piso, rozó una estructura cercana con una de sus hélices y se desestabilizó y al girar de golpe hasta dar con las columnas de alumbrado, quedó atrapado y semidestrozado.

Mientras tanto, obreros peligrosamente ubicados debajo corrían hacia los costados tratando de esquivar las hélices del aparato, que podrían haberlos lastimado seriamente.

Jaz Gribble, hijo del piloto accidentado, dijo en una entrevista de TV (vea el video) que no podía sacarse el susto de haber visto a su padre en semejante situación: "Todavía me dura la tensión. Ver como mi papá se estrella, sí, fue muy angustiante".

Según los medios locales, el piloto -empleado de Helisika Helicopters, de Auckland- no sufrió más que heridas superficiales y se encuentra internado en un sanatorio en plena recuperación. La autoridad civil de la aviación neozelandesa inició una investigación para determinar las causas del accidente.