“Es una vergüenza que Estudiantes y Gimnasia deban dejar su ciudad cada vez que tienen que enfrentar a los clubes grandes", dijo en 1998 el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, cuando oficializó el proyecto para construir el Estadio Único de La Plata, el más moderno de Argentina, de Latinoamérica y de esta Copa América. Allí se jugará el partido inaugural.

El tiempo pasó y ahora Gimnasia, con el único grande que jugará será con River, pero en segunda división. Duhalde perdió la elección presidencial de 2001, pero el Congreso lo eligió presidente tras la debacle de ese mismo año; fue el padrino político de los Kirchner en 2003, y un férreo opositor desde 2005. Ahora intentará volver a la Casa Rosada. Julio Alak, entonces intendente de la capital de la provincia de Buenos Aires estaba con Duhalde ese día. Hoy es ministro de Justicia. Son las vueltas de la política argentina, las mismas que las de este fastuoso estadio con flamante techo.

En 2000 y ya en plena recesión económica, la empresa constructora -propiedad del grupo sueco Skanka- suspendió a más de 600 trabajadores, hubo una huelga y el predio fue tomado. Aníbal Fernández, antes duhaldista y hoy kirchnerista -entonces ministro de Trabajo provincial- desactivó la toma del predio. La obra estuvo parada durante meses y hasta que el sucesor de Duhalde en la provincia, el gobernador Carlos Ruckauf llamó a una nueva licitación para la obra.

En 2003, el estadio se inauguró parcialmente. Felipé Solá era el nuevo gobernador. Faltaba el techo que el presupuesto original de la obra admitía. Importado desde Alemania, había quedado varado en la aduana, por deudas impositivas. Para colmo, tanto Gimnasia como Estudiantes manifestaron -como hicieron al principio- su rechazo a compartir el Estadio. Los dos equipos platenses con el tiempo empezaron a compartir el estadio, pero sólo porque sus propias canchas estaban inhabilitadas por razones de seguridad.

Los containers donde estaba el techo se pudieron abrir recién en 2009. Permanecieron 10 años guardados. El gobernador Daniel Scioli meses atrás inauguró 13 años después del inicio de las obras el estadio más moderno de Argentina. Hicieron falta alrededor de 100 millones de pesos argentinos (25 millones de dólares) que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aportó, según el diario La Nación. A esa cifra hay que sumarles los 75 millones de dólares que se gastaron desde 1998 hasta 2003.

Tiene capacidad para 53,000 espectadores y aquí se jugarán seis partidos, la sede con más encuentros. Argentina vs Bolivia (1 de julio); Brasil vs Venezuela (3 de julio); Uruguay vs México (12 de julio); un partido de cuartos de final entre el mejor del Grupo B y el segundo mejor tercero (el 17 de julio), una semifinal (el 19 de julio) y el partido por el tercer y cuarto puesto (el 23 de julio).