La firma con base en Londres busca insertar una estructura tubular estrecha envuelta en una cubierta de goma, en una tubería de 54 centímetros que ahora derrama petróleo, y desviarlo hacia una nave en la superficie.

El petróleo sigue fluyendo sin control en el Golfo de México, aunque el gigante energético BP intentará hoy dominar la fuga con un nueva estrategia mientras los residentes de la zona se preparan para un desastre ambiental. Mientras el derrame desde un pozo ubicado a 1,6 kilómetros bajo el mar en el Golfo continúa, la firma con base en Londres luchaba hoy por guiar a los robots submarinos para que inserten un tubo estrecho envuelto en una cubierta de goma en una tubería de 54 centímetros que ahora derrama petróleo, y desviarlo hacia una nave en la superficie. Un portavoz de BP indicó que el proceso de instalación aún no ha concluído.

"Ese trabajo actualmente está en desarrollo y esperamos comenzar las operaciones durante la noche", dijo el presidente de operaciones de BP, Doug Suttles, a periodistas en la noche de ayer.

El intento previo del gigante energético por detener el derrame con una cúpula enorme fracasó la semana pasada a causa de una acumulación de hidrocarbonos congelados.

El equivalente a unos 5.000 barriles de crudo está siendo vertido sobre el océano desde el pasado 20 de abril, como consecuencia de la fuga originada tras la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, propiedad de BP, gestionada por la estadounidense Transocean y situada apenas a 77 kilómetros de la costa de Louisiana.

Mientras, efectivos de la Guardia Nacional trabajan para tapar las brechas de una larga línea de barreras flotantes protectoras diseñada para mantener el petróleo lejos del enorme sistema de marismas, vital para Luisiana.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, criticó ayer a todas las compañías involucradas en el derrame -BP, Halliburton y Transocean Ltd.- y dijo que no descansará hasta que la filtración haya sido detenida. El derrame comenzó después de una explosión del 20 de abril en la plataforma Deepwater Horizon, que dejó 11 trabajadores muertos y amenaza con eclipsar el derrame del Exxon Valdez de 1989 frente a Alaska y convertirse en el peor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos.