
En un recinto que no alcanzó a llenarse, "El Puma" hizo bailar a tres generaciones de seguidoras ya que en las gradas se veían mujeres de más de 65 años y jovencitas de sólo 17 años.
A sus 66 años, José Luis Rodríguez, que actuó con gran éxito en 1988 en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, conserva su gran voz y una buena forma física.
De hecho las mujeres le gritaron durante gran parte de su espectáculo "mi'hijito rico", especialmente cuando en algunas de sus canciones rítmicas hacía movimientos de piernas y pelvis.
Sin duda, las canciones que más gustaron fueron "Voy a perder la cabeza por tu amor"; "Culpable soy yo", "Amalia Rosa", "Amante tierna amante" y terminó ese bloque de interpretaciones con el tema "Perdón", un disco que grabó junto a Los Panchos.
Varios ositos peluches llegaron a manos del cantante, también algunas flores y quedó sorprendido cuando le llegó un prenda íntima de color rojo.
En esa parte del "show" sus admiradoras estaban prácticamente descontroladas, nadie estaba sentado, toda el mundo bailando y agitando cualquier prenda de vestir en sus manos.
Luego vino la interpretación del famoso "Pavo Real", un tema que el cantante bailó casi en su totalidad y en el que junto a su equipo de bailarines hacía un juego de pelvis que causó furor entre sus seguidoras.
Finalmente vino el tributo a su gran amigo Sandro, quien se encuentra muy delicado de salud y a la espera de un trasplante de pulmón. Uno de los temas que interpretó del Gitano fue "Ese es mi amigo el Puma", posteriormente cantó "Por ese palpitar", "Rosa, Rosa, tan Maravillosa" y "Una muchacha y una guitarra".
Sus últimas canciones fueron rítmicas como el popular "Agarrense de las manos" y "Mi rumba" con la que se despidió del público pero debió volver ante la insistencia de sus admiradoras y esta vez interpretó "Ay Diosito santo", con el mismo ritmo cadencioso de los otros dos temas.
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