
Actualmente sólo dos se han mantenido vigentes a nivel internacional y eso se ha debido a que un día decidieron cambiar su residencia. Mientras Montaner y "El Puma" se fueron a Miami, Franco de Vita se fue para España y desde estos lugares, lejos de casa, han manejado sus carreras de una manera firme, constante y sobre todo, dentro del gusto de sus fans de Latinoamérica.
La noche del pasado viernes, Franco se presentó en Los Ángeles como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Su debut en el Nokia Theatre tuvo un sabor a reencuentro y desde el escenario del nuevo centro de entretenimiento del Downtown angelino, De Vita demostró que los años pasan, pero también que el talento y el cariño de la gente sigue tan vivo como en sus mejores tiempos.
En una velada donde reinó la camaradería, la sencillez y la complicidad, De Vita, de raíces italianas y nacido en Venezuela, supo poner a volar el recuerdo de los asistentes de diversas nacionalidades que en todo momento corearon sus grandes éxitos.
Juntos a sus diez músicos y su infaltable piano de cola, el cantante ofreció una noche llena de baladas románticas y rítmicas que se entrelazaron para lograr el balance. Sin embargo, algunos pensaron que el orden de las canciones pudieron haberse hecho de otra manera.
La presencia de Huey Dunbar, ex vocalista de DLG, a casi el final del concierto, hubiera resultado mejor si se hubiera dado a la mitad del mismo para lograr el equilibrio entre tanta y tanta balada junta. El intérprete de "La quiero a morir", subió al escenario de Franco luego de haber disfrutado gran parte del mismo desde la primera fila del auditorio, desde donde se le veía muy intranquilo junto a su esposa.
Pero al subir a acompañar a De Vita esos nervios desaparecieron y su actuación tuvo buena receptividad. Más aún, cuando se despojó de su camiseta y dejó al descubierto sus abdominales, que fueron ovacionados por la féminas del lugar. Huey agradeció la oportunidad que le dio el cantante venezolano en suelo angelino, lo cual nos hizo recordar los mismos gestos de apoyo que ha tenido con las carreras de Jeremías y Roque Valero.
Los años pasan
Franco, quien ya no es un jovencito, en varias oportunidades jugó con palabras que lo resaltó, aunque a manera de broma. "Ay, estos movimientos ya no son para uno. Pero no importa, los caballeros ya no tenemos problemas, la ciencia se ha encargado de solucionar las deficiencias. Lo que pasa es que a veces se nos olvida comprarlas (viagra)", dijo entre la risa del público.
De todas maneras, Franco nunca ha sido un cantante de dar muchos pasos de baile. Las letras de sus canciones se han encargado de llenar ese vacío que nunca le ha hecho falta.
Temas como "Louis", "Si tú no estás", "Traigo una pena", "Sexo" y "Soy latino", que destacan entre las más movidas de su repertorio, Lo mostraron enérgico y con ganas de levantar la euforia de sus fans y la verdad que lo logró, aunque no se puede negar que la mayoría fue por aquellas que les ha servido para enamorar a sus parejas. "Cálido y frío", "Somos tres", "Aquí estas otra vez", "Ya lo había vivido", "Será", "Te pienso, te extraño" y "Sólo importas tú", fueron cantadas casi en su totalidad por la audiencia, con Franco en el teclado.
"Diez años y un día" y el sencillo "No se olvida", de su nueva producción "Simplemente la verdad" también las incluyó en su gira que sigue por varias ciudades del país. "No basta", el tema que reprocha la actitud irresponsable de algunos padres con sus hijos, la cantó con su guitarra, mientras que "Un buen perdedor", sello emblemático de su carrera y que le abrió puertas en toda Latinoamérica, la cantó acompañada de su piano de cola y luego de haberse despedido.
"Gracias por no dejarnos ir", dijo un agradecido De Vita que prometió volver. "Gracias Los Ángeles, gracias México, Centroamérica y el resto de Suramérica por ese cariño de siempre", agregó el artista considerado como una de joyas vigentes que todavía tiene Venezuela.
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