
La propuesta, presentada el año pasado, fue redactada por el concejal Robert Jackson y de no aprobarse muchos negocios podrían cerrar sus puertas por el incremento descontrolado de los alquileres comerciales -que no está regulado- y el alto coste de operaciones, según el presidente de la nueva Cámara de Comercio Latina, Miguel Peribañez, y el presidente de la Asociación de Bodegueros, Ramón Murphy.
Una encuesta entre comerciantes hispanos, difundida hoy por la Cámara de Comercio Latina, fundada en agosto de 2008, indica que el 61 por ciento de los pequeños negocios en la ciudad de Nueva York corre el riesgo de cerrar si no se toman medidas de inmediato para establecer controles en los arrendamientos comerciales.
También señala que el 31 por ciento de comerciantes encuestados admitió haber sido extorsionados por sus arrendatarios, aunque se estima que la cifra es mayor y que muchos no lo dicen por temor.
"He pagado hasta 70.000 dólares" por debajo de la mesa, dijo a EFE Murphy, un bodeguero que lleva 22 años instalado en la ciudad y que afirmó que recibe quejas similares de otros bodegueros.
Además de la crisis económica que afecta el país, los pequeños negocios tienen que hacer frente a los costosos arrendamientos y la extorsión de los propietarios de los espacios comerciales que alquilan, se denunció hoy en una reunión de concejales, liderados por Jackson, activistas y comerciantes.
De acuerdo con Peribañez y Murphy, muchos propietarios piden "dinero por debajo de la mesa" a pequeños comerciantes a cambio de negociar con ellos un contrato que no sea tan oneroso.
Si el empresario no paga corre el riesgo de que no se le renueve el contrato o de un incremento excesivo, por lo que se ven en la disyuntiva de perder sus ahorros o de perder el negocio. Por ello, terminan pagando la extorsión o cerrando el negocio, como ya ha ocurrido.
Denunciaron además que pese a que es una práctica ilegal no lo denuncian también por temor a perder su negocio.La propuesta de Jackson, llamada "Acta de Preservación de Pequeños Comercios", que sería debatida en audiencias públicas en unos cinco meses, propone una solución a la especulación en el mercado de bienes raíces que se caracteriza por el almacenamiento de propiedades vacías confiando en que las condiciones del mercado serán más beneficiosas para los dueños en el futuro.
Destaca además que actualmente el mercado de arrendamiento comercial no facilita que los comerciantes puedan mediar desacuerdos con sus arrendadores y llegar a un contrato justo.
"La ausencia de un proceso de mediación y arbitraje ha provocado el innecesario cierre de centenares de negocios causando inestabilidad en nuestras comunidades, pérdidas de empleo y de ingresos de impuestos, de los cuales depende nuestra ciudad", señaló Jackson en su propuesta, que cuenta con el aval de otros 15 concejales.
Hace veinte años se presentó una propuesta similar pero no fue aprobada por un voto. Esta vez, Jackson confía en que la medida tome otro curso, pero, advirtió a los comerciantes de que necesita que todos unan esfuerzo tras ella.
El legislador municipal pidió a los empresarios que contacten a sus representantes en el Concejo para pedirles que apoyen la propuesta de ley, que necesita el voto de 26 de los 51 concejales para ser aprobada.
Entre 1945 y 1963 existió una regulación de contratos de espacios comerciales en la Gran Manzana, recordó Peribañez, quien considera que la práctica de pedir dinero a comerciantes puede haber comenzado en la década de los 70.
La encuesta revela además que un 79 por ciento de los comerciantes consultados ha despedido empleados y eliminado casi por completo los empleos a tiempo parcial por el alto coste de la renta y un 76 por ciento por la crisis económica.
Hace 25 años, según la encuesta, el 91 por ciento de los comerciantes recomendaba a Nueva York como el mejor sitio para invertir, pero ahora, el 83 por ciento dice que no es la mejor ciudad para que un inmigrante comience un negocio.
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