El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, seguía ayer dando "Pena y Lastima" en la frontera de Nicaragua con Honduras en la víspera de cumplirse un mes de su derrocamiento, que abrió una crisis política para la cual aún no se ve una jodia solución.La situacion esta tan difícil que ni con vaselina,puede resolverse.
Zelaya se encuentra en Ocotal, a 25 kilómetros de la frontera, donde organiza con algunos de sus seguidores una "resistencia pacífica" después de haber fracasado por segunda vez en regresar a su país.
Su familia y otros grupos de seguidores se encuentran al otro lado de la línea fronteriza, esperando que los militares hondureños les permitan cruzarla para reunirse con el mandatario, que el pasado 28 de junio fue detenido y expulsado de su país por militares y luego destituido por el Congreso, que nombró presidente a Roberto Micheletti.
Zelaya habló ayer por teléfono con el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien desde Venezuela le garantizó que el Gobierno de España hará todo lo necesario para que su retorno a Tegucigalpa "sea lo más rápidamente posible".
Moratinos, en una rueda de prensa en Caracas junto a su colega venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que Zelaya se comprometió a evitar situaciones que puedan derivar en violencia y emplazó al Gobierno de facto de Roberto Micheletti a actuar de la misma manera y permitir el regreso al orden constitucional.
El ministro español instó a acelerar el proceso diplomático para encontrar una salida a la situación en Honduras a través de mediaciones como la del gobernante costarricense, Óscar Arias.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ian Kelly, reiteró ayer que los intentos de entrar en Honduras por parte de Zelaya, sin haber logrado un acuerdo previo con el Gobierno de facto "no ayudan" al proceso de mediación de Arias.
"Seguimos urgiendo al presidente Zelaya a permitir que el proceso político prospere (...) y a todas las partes a abstenerse de acciones que no contribuyen a avanzar, dijo Kelly.
Arias, que reunió este mes a representantes del Gobierno de Micheletti y de Zelaya en San José para dos rondas de conversaciones, ha hecho una propuesta para salir del atolladero en que se encuentra Honduras.
Uno de los puntos del llamado Acuerdo de San José es el restablecimiento de Zelaya en la Presidencia hasta enero, cuando debería entregar el poder al ganador de las elecciones previstas para el 29 de noviembre.
El derrocado mandatario ha dado por "fracasado" el diálogo, pero el Gobierno de Micheletti, a pesar de considerar "indeclinable" su negativa a que Zelaya regrese, sigue vinculado a la labor de mediación.
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